lunes, 29 de diciembre de 2008

GOOOO DOLPHINSS!!!


Normalmente no trascribo nada ni hago este tipo de cosas en mi blog, es mas normalmente no publico nada, pero creo que este articulo que lei de un peridosta de nombre Sebastián Martínez Christensen me gusto mucho y mas para festejar es titulo divisional, que no lo pude haber disfrutado nejor que con Draks otra gran fanatico de los delfines y de Dan Marino como yo, bueno los dejo el articulo:

Todavía recuerdo las palabras de las estaciones de radio locales tras la derrota en la semana inicial de la temporada ante los Jets: "Prepárense para otro año largo". Y ni que hablar cuando a la semana siguiente los Cardinals le anotaron 31 puntos a los Dolphins. Ya en ese entonces, las palabras no alcanzaban. Las cabezas de todos los residentes del Sur de la Florida estaban bajas. Y no era para menos, sobre todo teniendo en cuenta que venían de una campaña de 1-15, y lo que se avecinaba no parecía ser mucho mejor. Miami es una ciudad de fútbol. El Miami Heat tiene apenas 20 años de historia, y ni empecemos hablar de hockey sobre hielo en una ciudad donde la playa es el principal pasatiempo. Y como tal, la energía de la gente se alimenta de los resultados de los Dolphins. Ya se deben imaginar cómo era el clima en los últimos años, teniendo en cuenta que hace siete años que Miami no clasificaba a los playoffs, hace ocho que no ganaba la división, hace 23 que no llega al Super Bowl y hace 34 que no lo gana. Si alguna vez tienen una conversación de fanáticos con un simpatizante de los Dolphins, simplemente díganle: "Ustedes viven de la historia", y ganarán esa discusión inmediatamente. Es que los fans de Miami están cansados de hablar de la temporada invicta de 1972, o de los miembros de ese equipo abriendo una botella de champagne. Necesitaban una brisa de aire fresco. Pero más bien recibieron un huracán de viento para volver a respirar. Porque los Dolphins completaron una de las más improbables recuperaciones en la historia de los deportes. Se convirtieron en el primer equipo en la historia de la NFL en pasar de una victoria a 11 al año siguiente, e igualaron el diferencial de +10 de los Colts que pasaron de tres triunfos a 13 en 1999. Y como si fuera poco, también rompieron el récord histórico de menos pérdidas de balón en una temporada de 16 partidos, al terminar con apenas 13; el récord anterior pertenecía justamente a los Giants de Bill Parcells con 14 en 1990. Y lo hicieron con un Chad Pennington que en teoría no podía lanzar el balón más de 30 yardas y fue desechado por New York, con un Ted Ginn Jr. que en teoría no ameritaba la novena selección del draft, con un Joey Porter que venía de tener uno de los peores años de su carrera, con un Ricky Williams que parecía tener más amor con las plantas que con otra cosa, sin Jason Taylor ni Zach Thomas, y con un entrenador novato del cual nadie había escuchado antes de que Parcells lo descubriera. Tony Sparano debería ser nombrado el Entrenador del Año. Tiene una mentalidad obrera, te va a gritar cuando cometes un error, pero a la vez tiene una lealtad que los jugadores respetan. Contagia optimismo a pesar de su humildad, y todos en la organización han comprado su proyecto. Y es algo entendible, porque este entrenador está atento a todos los detalles. Este domingo, cuando se lesionó el apoyador de los Jets, David Harris, Sparano mandó a un vocero del equipo a averiguar si Harris volvería al encuentro. Y cuando le dijeron que no, atacó el medio del campo sin cesar en el último cuarto. Con Sparano no hay ningún detalle librado al azar. Pero más allá de que fue Bill Parcells quién contrató al personal indicado, incluyendo a Jeff Ireland, que es un gurú de los videos, Sparano y Pennington están en una liga aparte. Fueron ellos los que le devolvieron la alegría a quien les escribe y a toda una ciudad. En las calles, las patentes y las banderas de los Dolphins siguen igual de presentes que siempre, pero ahora los que manejan el auto tienen una sonrisa en sus rostros. Porque ahora tienen razones para creer, y para hablar del presente. Los Dolphins han ganado nueve de los últimos 10 partidos, y ahora recibirán a los Baltimore Ravens --quienes ya los derrotaron aquí en Miami en la temporada regular-- en la ronda de Comodines. Y al mando de los controles estará un Pennington que merece ser considerado para el premio al JMV y al Jugador de Mayor Progreso. Así de bueno ha sido el año de este mariscal, que le cayó en la falda a los Dolphins, cuando todo parecía indicar que Josh McCown o Chad Henne serían los titulares. ¿Se imaginan esta campaña con McCown detrás del centro? Mejor no pensarlo. La cualidad que más aporta Pennington es liderazgo. Es una presencia en las reuniones --el resto de los jugadores se calla para escucharlo--, y por sobre todas las cosas es un jugador de equipo. Porque si comparamos las individualidades de Dallas --Tony Romo, Terrell Owens, Roy Williams-- con las de Miami --Chad Pennington, Davone Bess, Greg Camarillo--, no parece tener sentido que, a diferencia de los Dolphins, los Cowboys están afuera de los playoffs. Pero Miami es un equipo con todas las letras, y no una suma de individualidades. Y es cierto que Pennington no tiene el brazo más fuerte de todos, pero limita los errores y el esquema ofensivo le sienta a la perfección. El coordinador ofensivo Dan Henning conoce las fortalezas de su mariscal, y las explota. En los Jets, Pennington tenía a dos constantes amenazas a lo profundo en Jerricho Cotchery y LaVeranues Coles, pero Chad no es un mariscal cuyo fuerte sea lanzar el ovoide a lo profundo. En Miami utilizan un esquema de dos alas cerradas, y los pases cortos y por el centro son su pan y su mantequilla. Por supuesto que no hay que olvidarse de la formación Wildcat, que luego fue "copiada" por varios equipos de la NFL. Todas las semanas, los Dolphins parecen agregarle una nueva variación a esa universitaria formación, y en la mayoría de los casos, da resultado. Porque el trabajo y la ejecución están allí, y el resto es historia y optimismo. Hoy los críticos de los Dolphins en Miami se han transformado en sus primeros fanáticos. La ciudad está viviendo un momento que hace mucho tiempo estaba esperando y, como la mayoría de las cosas, llegan en el momento menos esperado. Por eso tengo un mensaje para todos ustedes simpatizantes de Miami, y nadie lo dijo mejor que el propio Sparano. Tras terminar el juego ante los Jets y la revancha de Pennington, Sparano juntó a sus jugadores. Pausó unos 10 segundos para preservar la compostura y esa coraza de líder que tiene inculcada, y dijo: "Nunca dejen que les digan que no pueden". Después de lo que se vivió este año en Miami, todo es posible para los Dolphins. Nunca vi a nadie llevar con tanto orgullo sus gorros de campeones de división como a estos jugadores de Miami. Y por primera vez en mucho tiempo, la ciudad habla de su equipo con orgullo y pasión. La temporada ya superó cualquier expectativa posible, y a pesar de que los jugadores ya están trabajando en el partido con Baltimore y piensan seriamente en ganarlo, todo lo que puede llegar a venir de ahora en adelante es un bonus. Lo más importante es que se ha restaurado el orden, la alegría y la mística en Miami.

¿Y por que la imagen de Dan Marino? pues por que quiero

1 comentario:

[DrAk'S] dijo...

estoy al borde de las lagrimas... GOOOOOOOOOOOOOOO DOLPHINS !!!!!